PORTO DE GALINHAS-BRASIL
En la Pousada Beira mar, llueve en el jardín. Hay cactus y plantas tropicales de desconocido nombre para mi. Como se expresan las agencias de viaje Porto de Galinhas es un paraiso: playas encantadoras, algunas con kilómetros de cocoteros y un mar encantador que no es otro que el Atlántico con un color diferente al de otras latitudes a las que estoy acostumbrado. Abro las ventanas de mi cuarto en la pousada -que dán al jardin- para ver como llueve. Hasta el día de hoy siempre tuve sol tropical, pero apereció la lluvia que parece se mantendrá todo el día. Ha sido una semanda de descanso y relax, tomando baños de mar en un agua deliciosamente caliente. Sentado en una hamaca he visto pasar las jangadas con su suave navegar y los infernales Buguis transportando turistas brasileños. Mañana me voy después del café , he combinado con Ricardo el taxista, para que me lleve de vuelta Recife ciudad tropical, trepidante y ruidosa. Allí tengo que comprar el billete de bus para ir a Salvador de Bahía príxomo periplo de mi aventura brasileira.
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